miércoles, 17 de febrero de 2010

Con una sonrisa...

Hoy es el dia...
Un dia de esos en los que te levantas con el pie derecho, y no es que por eso las cosas te vayan a ser mas faciles y vayas a tener una suerte increible, no.
Para mi hoy es un buen dia por que lo he cogido con ganas, con fuerza, dispuesto a todo y a dar el todo por el todo.

Y que me apetece los dias felices?

Pues un poco de chocolate, un pastelito o quizas una cena romantica con un buen vinito (Que no solo en San Valentin hay que llevar a la pareja a cenar sabeis)



Aunque bien pensado podria combinar la cena y terminarla con una gloriosa tarta...

Rebuscando, rebuscando... pues intentemoslo con la famosa tarta Sacher.

Pero... Anda! como se me acaba de ocurrir esta idea no enseñaros la elaboracion que seguire paso a paso aun. Aunque eso no me impedira llenaros la mente de nuevos conocimientos!

Y es que esta tarta, la "Tarta Sacher" tiene una historia relacionada con ocurrencias ocasionales.



Se cuenta que haya por los comienzos del año 1832 el principe Klemens Lotear Wensel Metternich (Vaya nombrecito) que fue el creador de la Santa alianza entre Prusia,Austria y Rusia en uno de esos momentos de goloso capricho que le dan a cualquiera, pues le pidio a su chef que creara una tarta "exclusivamente" para el.

El equipo de cocina se echo a temblar. ¿Y ahora que hacemos? No podian hacer cualquier cosa, la creacion deberia estar a la altura, debia de ser una tarta especial y unica, cuyo sabor embelesara al principe.
Asi que finalmente fue un simple aprendiz de cocina de 16 años quien decidio intentarlo con los ingredientes que tenia a mano, huevos, mantequilla, chocolate,almendra molida, azucar,mermelada de albaricoque y una deliciosa cobertura final.

La aprobacion del principe llevo a la fama a este joven emprendedor, llamado Franz Sacher. Y asi su creacion empezo a encontrarse poco a poco en cafes, confiterias y restaurantes de viena. Obteniendo un exito inmediato que le ayudaria a traspasar fronteras y que le haria perdurar hasta nuestros dias.



Y aqui estoy yo, manchado de chocolate y mantequilla siguiendo los pasos del joven Franz, y todo por un goloso capricho de un dia que comenzo con una sonrisa.

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