Solo era martes por la mañana y la semana ya se me estaba haciendo interminable.
Como es habitual, desde que estoy desempleado, mientras desayunaba el cartero llamó a la puerta. Por lo general suele traer pequeñísimos paquetes a nombre de mi pareja (es maquilladora y entre colaboraciones con marcas y gangas no paran de llegar cosas a casa), pero en esta ocasión la carta era para mi y me sorprendí bastante cuando dijo mi nombre:
— Antonio Jesús Luque Pérez
— Ese soy yo —dije con ilusión desmedida, ya que paso demasiado tiempo a solas en casa desde que estoy en el paro y me fascinó que alguien se dirigiese a mi por mi nombre.
También paso tanto tiempo buscando empleo que estuve a punto de añadir:
Mis credenciales |
"Soy cocinero y creativo multidisciplinar con experiencia en diseño de videojuegos, narrativa y guion, gestión de proyectos, comisariado de arte, cinematografía, edición de video, producción, localización, dirección de cine y fotografía.
Con varios cortometrajes premiados y un premio INJUVE a la creación artística.
También he realizado multitud de videos promocionales y publicitarios para diferentes marcas (Beefeater, San Miguel, Discos Bora Bora)"
Pero probablemente el cartero me abría mirado igual que lo estas haciendo tu ahora así que me limité a firmar donde me indicó y recibí una maravillosa y flamante carta de la agencia tributaria, bien cargadita de errores del pasado a los que hacer frente (errores que tienen que ver con la hostelería pero que ya si eso en otra ocasión y con un café por delante te cuento)
Perdí toda la mañana solucionando estos errores y haciendo gestiones administrativas, que son agotadoras, se me hizo tardísimo. Me dí cuenta de que mi pareja llegaría a casa en un cuarto de hora y no había siquiera pensado en que iba a hacer de comer, por lo que tampoco me daba tiempo a hacer una visita rápida a la frutería o la carnicería de debajo de casa. Tendría que tirar de inventiva y de lo que tuviera en la despensa. Aunque no era mucho di con los siguientes INGREDIENTES:
- Dos zanahorias
- Cebolla dulce (solo la mitad)
- Una lata de champiñones laminados
- Una cucharada de aceite
- Mantequilla (unos 50gr)
- Vermú, aunque valdría con cualquier tipo de vino (un chupito)
- Nata de cocinar (un Brik pequeño de 200ml)
- Avecrem o derivados (media pastilla)
- Pimienta negra y orégano
Con lo que tenía a mano decidí hacer una salsa de champiñones y zanahorias para acompañar un plato de pasta. Habría sido más sencillo tirar de la clásica lata de tomate frito y preparar una boloñesa vegetal. Pero hace tiempo descubrí que tengo una intolerancia con respecto al tomate y siempre que puedo busco otras formas con las que acompañar los platos que no incluyan este ingrediente y creedme que cuando se tiene poco tiempo le dan a uno muchísimas ganas de preparar unos simples espaguetis con tomate y quitártelo de en medio, pero con mi condición he aprendido a sacarme salsas de la manga y me puse a ello con la ELABORACIÓN:
Pela y pica las zanahorias y la cebolla. Si puedes yo recomiendo utilizar un picador manual te va a ahorrar muchísimo tiempo.
Escurre los champiñones y retira todo el caldo de la lata. (En caso de que, como em pasaba a mi, sean de lata. Si no corta un champiñón natural en laminas y listo)
En una sartén pon a calentar una cucharada de aceite y añade la cebolla, la zanahoria y los champiñones para pocharlos.
Controla y remueve durante unos minutos y cuando empiece a dorarse añade la mantequilla y no dejes de remover.
En cuanto se disuelva e integre añade el chupito de vermú y deja reducir. No tardará mucho, no dejes de remover.
En cuanto reduzca un poco añade la nata y deja el fuego fuerte mientras añades media pastilla de avecrem (o cualquier otro sucedáneo) para potenciar el sabor , una pizca de pimienta negra molida y orégano.
Remueve bien y cuando la nata empiece a hervir baja a fuego lento y remueve. Sigue haciéndolo hasta que la salsa adquiera la densidad deseada y entonces retira del fuego, deja reposar unos minutos y estará lista para servir.
Batman aprueba esta salsa para pasta |